lunes, 22 de diciembre de 2014

¿Estamos cambiando?

En nuestras dos entrevistas a personas relacionadas, de una u otra manera, con el mundo del deporte y concretamente, con el fútbol, hemos focalizado en dos temas que no dejan de estar de actualidad: el tratamiento de la homosexualidad de los futbolistas y las diferencias entre el fútbol masculino y el femenino.

En el primero de los temas, son contados los jugadores de fútbol que han declarado abiertamente su homosexualidad, bien porque son heterosexuales o bien por el temor a la opinión pública, ya que el estereotipo de futbolista no es precisamente el de ser gay. 
Siguiendo las declaraciones de nuestros dos protagonistas, tomarían con normalidad y respeto que un compañero de club fuese homosexual, pero lejos de ésta postura, la que abarca al mundo del fútbol es bien diferente.
Concretamente, en España ningún futbolista profesional ha declarado nunca ser homosexual, algo que ya de por sí denota el tabú que hay en nuestra sociedad en éste sentido y quizás, el temor a la homofobia por el que no lo hacen. 
Y es que, en el mundo del fútbol, el hecho de gritar “maricón” a cualquier futbolista en un partido no es más que un insulto, y más que habitual, ya que vayas al campo que vayas, será difícil que no lo escuches, al menos una vez, durante los 90 minutos. 
Miguel Ángel López, ex-director de la revista Zero -curas y militares destaparon su condición sexual en ésta publicación- , manifestó en una entrevista que es en el fútbol base donde tiene que comenzarse a erradicar éste tabú, ya que si a los niños con seis o siete años, se les acostumbra a llamar “maricón” por fallar un gol o una parada, la homofobia será lo que le quede inculcado. El propio editor estuvo sumido en el punto de mira hace unos años cuando anunció que en su portada, un futbolista de uno de los principales clubes de España iba a “salir del armario”; finalmente ésto no sucedió, pero Miguel Ángel López ha declarado en reireradas ocasiones que recibió presiones de Real Madrid y Barça y que hasta Zapatero le preguntó por el nombre del jugador. Cuenta que en la época había una serie de futbolistas homosexuales en el Real Madrid, Barça, Athetic y Real Sociedad, siendo un momento en el que recibieron fuertes presiones, por lo que eran los clubes quienes promovían la homofobia. Además, admite que varios jugadores fueron a hablar con él para contarle su situación, pero que por motivos personales decidieron no hacerlo público, ya que en algunos de los casos, estaban incluso casados.

Por ejemplo, el ex-futbolista del Real Madrid y el Besiktas, José María Gutierrez, más conocido como Guti, ha visto como a lo largo de toda su trayectoria deportiva y aún hoy día, se le ha insultado con éste adjetivo por cada campo y otros lugares por los que ha ido. Todo, por su imagen, que siempre ha mostrado cuidada y con cambios de looks, y todo, además, pese a haber estado casado y tener tres hijos. Hechos como éstos no nos dan más que a pensar en qué pasaría si un jugador declarase abiertamente que le gustan las personas de su mismo sexo.

Pero no solo el problema está en qué pensará o dirá la afición o la opinión pública. Los patrocinadores y las grandes marcas son también un escollo para los futbolístas, ya que si declarasen ser homosexuales, de seguro perderían sus contratos de publicidad, ya que en la base de los publicistas está que un hombre heterosexual venderá más a las mujeres, mientras que si le gustan los hombres, el público femenino rehusará en prestarle atención como reclamo publicitario y, en consecuencia, comprar los productos que anuncia.

En países como Alemania, Francia y Reino Unido, ha sido el propio gobierno el que ha modificado las leyes para proteger a todos éstos profesionales que viven cohibidos por sus preferencias sexuales. El resultado ha sido que varios de ellos han “salido del armario”. Sin embargo, pese a que en España se llegó a plantear en el Congreso, fue denegada a trámite la petición.
Un dato muy llamativo es que en los últimos cinco años, tan solo cinco futbolístas profesionales han  admitido ser homosexuales. Thomas Hitzlperger, ex-internacional alemán, lo hizo tras haberse retirado de la competición profesional por miedo a qué pasaría si lo hubiese hecho mientras que aún estaba en activo. Una línea que siguen la mayoría de quienes lo han hecho.
Ocho futbolistas de la Premier League han comunicado a la Federación inglesa su homosexualidad, para pedir amparo y ser aconsejados; todos ellos ya retirados. En Alemania, ha sido la propia Federación la que envió circulares a los clubes para exponer como debían hacer frente al hecho de que algunos de sus jugadores quisiese declarar ser gay, después de que un futbolísta declarase de manera anónima en una revista su condición por miedo a las represalias.
 Sin embargo, y tal y como hemos dicho antes, hasta el momento en España no ha habido ningún caso, algo extraño por meras estadísticas. 

Por último, atendemos a las propias manifestaciones de jugadores con reconocimiento en el fútbol profesional acerca del asunto. El italiano Cassano, ex-jugador del Real Madrid e internacional con Italia, declaró antes de la Eurocopa de 2014: “Espero que no haya maricones en la Selección”. El capitán del Bayern de Munich, Philipp Lahm, hizo lo propio: “Hasta los políticos pueden salir del armario, pero ellos no juegan cada semana ante 60.000 espectadores; no creo que ésta sociedad esté lista para aceptar a un jugador gay porque no es políticamente correcto”.

Por tanto, llegamos a la conclusión de que es la presión de la sociedad por un lado, y la de los propios clubes y marcas publicitarias, que tienen beneficios económicos, los que crean el tabú alrededor de la homosexualidad en el fútbol y, por tanto, los que cohíben a todos aquellos futbolistas que son gays y no tienen valor de reconocerlo. Aunque en otros países haya habido casos de que han declarado su condición sexual, no es lo habitual, ya que todos ellos lo hicieron además cuando ya estaban retirados. España parece que va a la cola del asunto, y habrá que esperar para ver como un futbolista se declara gay, aún siendo saber popular y certero por meras estadística que sí los hay.

Otro de los asuntos claves que hemos podido comprobar es que nuestros dos entrevistados han asegurado que no tiene la misma repercusión un partido de fútbol femenino que uno masculino, para ello nos hemos ido a comprobarlo en las estadísticas. Según las informaciones ofrecidas por Sport, asientan en que el pasado Mundial de fútbol femenino disputado en Alemania fue el más visto en la historia de este país con un 51,7 % de cuota de pantalla, batiendo todos los récords. Esto podría llevarnos a pensar que poco a poco las mujeres van encontrando su sitio en este deporte.
En datos reales de este año, el 2014, en el que se ha disputado tanto Mundial de Baloncesto Masculino como Mundial de Baloncesto Femenino celebrado en España, podemos ver los números de audiencia que los medios han hecho públicos: La final del mundial Femenino de Baloncesto en la que la selección española luchaba por el oro, fue vista por un 9% de cuota de pantalla. En cambio, la final del Mundial de Baloncesto masculino, en el que la selección española no jugaba fue vista por un 9,1% de pantalla, igual que la femenina.
Podríamos decir, ¿Qué nuestra manera de pensar está cambiando? o ¿qué estamos en un punto álgido del deporte femenino?
Lo que si es cierto es que últimamente estamos viendo que los equipos femeninos están sufriendo cambios en sus equipaciones, que muchas de las jugadoras los interpretan como actos machistas. Ha habido problemas con las jugadoras de balonmano playa: En la normativa de la Federación Española de Balonmano exigía a las mujeres a jugar con ‘’top’’ o ‘’bikini’’ por los que las jugadoras interpretaron que no era un método para que ellas se sintieran más cómodas o rindieran más, sino un reclamo para la audiencia, según dijo Emakunde, Instituto vasco de la mujer.
Lo mismo ha ocurrido con las equipaciones de las jugadoras de baloncesto, que se les ha impuesto un vestuario más ajustado que el que llevan los hombres. A jugadoras españolas como Amaya Valdemoro aseguró que a ella le gustaba y que no entendía este acto como un acto machista.

Con todo esto podemos así asegurar que aunque estemos en el siglo XXI y pensamos que no somos machistas, con actos y palabras como estamos demostramos que aún continúa vigente esa sensación de que el hombre es superior a la mujer. Aunque, como bien dijimos en nuestra introducción, la mujer en estos últimos años está dando muchas alegrías al deporte español.

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